El lunes comenzamos el curso y, con él, el periodo de adaptación, días cruciales sobre todo entre los más pequeños, para quienes resulta una novedad.
En este sentido, los primeros días son importantes para los niños y los padres, ya que, en muchos casos, supone la primera separación del vínculo familiar. Por este motivo, es necesario ofrecer un ambiente cálido y acogedor, confianza y seguridad, ya que solo de esta forma se implicará positivamente en el aprendizaje y desarrollo. Es más, el afecto es una necesidad tan primaria y básica como la de comer o de protección.
Al principio es lógico que lloren y se resistan, pero, al cabo de unos minutos, empiezan a jugar entre ellos y se dan cuenta de que estar en el cole también puede ser divertido. A su vez, ayuda empezar con pequeñas rutinas, ya que les aporta seguridad.
Por otro lado, para una mejor adaptación es preciso acompañarle y no prolongar las despedidas; mantener una actitud positiva durante los primeros días y los previos; y paciencia y compresión, atendiendo al ritmo de cada uno. Se trata, en definitiva, de implicarnos en sus emociones y que sientan compañía y apoyo incondicional.