La elección del colegio infantil para nuestros hijos es una decisión de una gran importancia. No siempre aquel que nos ofrezca las mejores instalaciones o sea el más caro ha de ser la mejor opción.
Por ello, los puntos en los que deberíamos fijarnos a la hora de decidirnos pueden ser: que en la visita personalizada que realicemos nos transmita profesionalidad, sintonía con nuestra manera de pensar, cercanía humana, así como educación, respeto y cariño por los niños… En definitiva, seguridad y confianza, un ambiente acogedor en el que nuestros hijos tengan continuidad con su propio hogar, desde un desarrollo emocional que favorezca el aprendizaje.
En este aspecto, la búsqueda de un colegio infantil en el que se trabaje con una metodología adecuada para cada edad del niño y la estimulación desde edades tempranas es fundamental.
Neurólogos, pediatras, pedagogos, psiquiatras e investigadores de todo el mundo coinciden en que los primeros años de la vida de un niño son decisivos para el desarrollo de su capacidad cerebral, ya que es en este momento en el que se establecen sus redes neuronales y por tanto, su capacidad de aprendizaje.
Estimular el lenguaje en diferentes idiomas, el juego, una buena programación de psicomotricidad (fina y gruesa), audiomotores… deberían de ser las bases de un buen proyecto educativo, al que uniremos el aprendizaje basado en el pensamiento, las inteligencias múltiples, el trabajo cooperativo, y toda aquella innovación en el aula, que nos asegure un excelente y divertido aprendizaje en esta etapa.
Sin olvidarnos nunca de nuestro objetivo, que nuestros hijos crezcan felices.