La educación en valores es un proceso fundamental que se inicia en la infancia, una etapa crucial en la formación integral de una persona. Es en estos primeros años de vida donde se cimientan las competencias personales que abarcarán todas las dimensiones del individuo, forjando las bases de su carácter y ética. Si en esta fase no se siembran adecuadamente estos valores, es difícil esperar que florezcan en etapas posteriores de la vida.
Un docente comprometido en la formación en valores de los niños debe poseer una visión a largo plazo, comprendiendo que gran parte de los frutos de su labor no serán visibles de inmediato. Este reto demanda optimismo y confianza, ya que la educación es una inversión a largo plazo en el desarrollo humano. Especialmente en el caso de la educación infantil, los educadores deben estar conscientes de que los frutos de su trabajo serán cosechados por otros en el futuro.
En Umedi entendemos que los padres son los principales protagonistas en la educación de sus hijos en valores. Reconocemos la importancia de su papel y nos comprometemos a estar a su lado en esta apasionante tarea.
Nuestro personal docente y no docente está aquí para colaborar y apoyar, trabajando en conjunto para asegurar un entorno educativo enriquecedor y sólido. Para ello, nos apoyamos en una herramienta muy valiosa: la formación humana y cristiana que empezamos en Umedi pero que continua en el colegio Ayalde-Munabe.
La colaboración entre padres y educadores es esencial para proporcionar a los niños las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida con integridad y valores arraigados. En Umedi fomentamos un ambiente donde se promueve la comunicación abierta y la participación activa de los padres en la educación de sus hijos.
La educación en valores no solo se limita al aula, sino que se extiende a cada aspecto de la vida cotidiana. En Umedi nos esforzamos por integrar los valores y las virtudes humanas en todas las actividades y experiencias educativas, creando así un ambiente coherente que refuerza los principios fundamentales que queremos inculcar en nuestros alumnos.
En Umedi estamos comprometidos con el desarrollo integral de los niños, trabajando de la mano con los padres para asegurar que las semillas de los valores plantadas hoy se conviertan en frutos duraderos en el mañana de sus hijos
10 claves para educar en valores
1. Recuperar el sentido común
Para educar en valores hay que «recuperar en parte la educación tradicional, basada en el sentido común, que siempre ha funcionado tan bien», asegura Jerónimo García Ugarte, profesor de Filosofía y Psicología y tutor de Superpadres.com.
2. Educar con coherencia
Los niños aprenden de lo que dicen los adultos pero, fundamentalmente, de lo que ven hacer a sus padres. Cuando se dice algo y se hace lo contrario, lo que niños interiorizan es la fragilidad de los principios de sus padres. Sin la coherencia del decir y el hacer, la educación pierde su sentido.
3. Poner límites
El «no» también forma parte de la educación. Los límites marcan los cauces que harán más fácil a los niños el construir un modo personal y positivo de ser y estar en la vida. Evitar el cansado conflicto del NO o sobreproteger para evitar frustraciones son estrategias con un recorrido corto e ineficaz.
4. Empatía
La empatía es el fundamento sobre el que debemos construir todo proceso de comunicación entre padres e hijos.
5. Disfrutar con lo sencillo
Frente a una continua oferta de búsqueda de felicidad de las grandes cosas… es necesario ayudar a los hijos a que encuentren la felicidad en las pequeñas cosas de la vida. A que sepan encontrar la felicidad en lo que son y no en aquello que tienen.
6. Mantener los valores esenciales
Valores como el esfuerzo no cambian con los tiempos. Por ejemplo, las nuevas tecnologías suponen un innegable avance que debe saberse interpretar técnicamente, pero que en ningún caso debe «exigir» un cambio en el sistema de valores propio.
7. No tener miedo al aburrimiento
Los niños necesitan tiempos para hacer, pero también para pararse a pensar en aquello que hacen e, incluso, aburrirse.
8. Educar con optimismo
El problema de la educación es que una parte muy importante de todo aquello que se hace no es visible a corto plazo. Solo desde el optimismo se pueden educar hijos optimistas.
9. Sembrar competencias personales
En la infancia se cimenta la construcción del «edificio» de la educación. Si ahí no se han sembrado competencias personales como el autoconocimiento y la empatía, es muy difícil que aparezcan después.
10. Coordinarse con el colegio
En el binomio colegio-familia, al colegio le corresponde asumir el mayor peso en la formación de competencias intelectuales-técnicas y a la familia el de la formación en valores y competencias emocionales.