Ayudar a nuestros hijos en la conquista de su AUTONOMÍA es uno de los mayores e importantes regalos que podemos hacerles. Es un acto de amor.
La autonomía se forja desde la más tierna infancia y sin ella no podrá desarrollar un autoconcepto positivo ni una buena autoestima.
Para un buen desarrollo del niño y que este pueda crearse un autoconcepto positivo es importante que desde pequeño lleve a cabo acciones sencillas. Si le sobreprotegemos y restamos autonomía, le quitamos la posibilidad de cometer errores (también son necesarios), reconocerlos y solventarlos. ¡Hay que dejarle hacer! Sacarles de su “zona de confort” y brindarles oportunidades de actuación, siempre valorando más el esfuerzo y su persistencia que el resultado final.
Un punto que debemos tener en cuenta es controlar bien el nivel de exigencia, es decir, decidir QUÉ les podemos pedir que ya hagan con autonomía según su edad y madurez para después ir aumentando el grado de dificultad paulatinamente.
Asimismo, son necesarios unos límites marcados con claridad, con firmeza y cariño, que aportarán seguridad a nuestros hijos ya que, de esa manera, tendrán claro qué esperamos de ellos.
El hábito de la mente que más influye y más ayudará a conseguir unos niños autónomos es la PERSISTENCIA, ya que supone un esfuerzo continuo, implica que hay que buscar soluciones a las dificultades para conseguir lo que se propongan. Es un valor fundamental para la vida. Con persistencia obtienen la fortaleza, ya que no se dejarán llevar por lo fácil y lo cómodo.
La persistencia da a los niños confianza en sí mismos y madurez, les ayuda a manejar la frustración y a dominar los sentimientos de impotencia. Y, a través de la persistencia, cultivarán la paciencia, al comprobar que no todo se consigue de manera inmediata. No olvidemos ser buenos modelos en este aspecto. Sabemos que nuestros hijos hacen más lo que ven que lo que les decimos que hagan… Que vean así en nosotros cómo aún conociendo nuestras limitaciones intentamos superarnos y mejorar un poco cada día, que no tiramos fácilmente la toalla, que persistimos ante las dificultades.
Es una de las mejores inversiones que podemos hacer con
ellos en su educación a futuro.