Empezar a aprender nuevos idiomas a temprana edad es posible y ventajoso para los niños. Todos tienen la capacidad cerebral para aprender otras lenguas en los primeros años de vida.
Cuando los niños son expuestos desde muy temprano a lenguas diferentes, crecen como si tuviesen seres monolingües alojados dentro de su cerebro. Es decir, no se produce ningún tipo de contaminación lingüística ni retraso en el aprendizaje, sino que se desarrolla un aprendizaje paralelo casi equivalente.
El niño que, en la época en que aprende a hablar, está en contacto con otras lenguas, las adquiere sin esfuerzo y de modo parecido a cómo adquiriría cualquiera de ellas si fuese monolingüe. Y no solo adquiere los sistemas lingüísticos, sino que los mantiene separados y pasa rápidamente de uno a otro según la circunstancia. Incluso, se hace consciente de la existencia de esos sistemas y, por consiguiente, de su bilingüismo. El niño conoce a fondo las lenguas y puede, por tanto, pensar en cualquiera de ellas.
Este alumno tendrá una habilidad específica para interactuar en otras lenguas y será capaz de usar una u otra en cualquier circunstancia con similar eficacia. Las características básicas de esta forma de comunicarse serán: la independencia de los códigos, la alternancia de los sistemas lingüísticos y la traducción.
Lo más importante para estimular el aprendizaje del inglés es que su enseñanza sea una actividad natural y divertida y que se sienta seguro. Una vez conseguido esto será iniciativa propia del niño ir más allá en el desarrollo de su lenguaje.
El proceso de aprendizaje posee tres fases:
1ª etapa: El niño bilingüe construye una lista de palabras igual que hace el niño monolingüe, con elementos de las diversas lenguas. Existe una confusión inicial entre ellas.
2ª etapa: Las oraciones comienzan a incluir dos o tres elementos, usando léxico de las lenguas dentro de la misma oración. Esta cantidad de oraciones mixtas se sitúa alrededor de un 30% al principio del tercer año y van disminuyendo rápidamente hasta llegar a un 5% a finales de ese año.
3ª etapa: A pesar del crecimiento del vocabulario en cada lengua se utilizan las mismas reglas gramaticales para todas y dichas reglas divergen al inicio del cuarto año, en el cual el niño sabe que las distintas lenguas no son la misma.
6 aspectos para estimular al niño en el aprendizaje de inglés
Para ello, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Ofrecerle muchas oportunidades para hablar durante el día en los dos idiomas.
- Procurar hablarle mucho, utilizando frases cortas y acciones asociadas, haciéndolo de una manera expresiva.
- Aprovechar cualquier ocasión para introducir vocabulario nuevo. Ejemplo: dar un paseo y nombrar los objetos que se van viendo.
- Aprovechar las actividades diarias como la alimentación, el baño, el vestirle. Ejemplo: recitar las partes del cuerpo durante el baño o las partes de la cara delante del espejo mientras se le peina, cantar en el coche de camino al colegio o a casa.
- No corregirle cuando diga mal una palabra sino devolvérsela correctamente en una frase.
- Premiar los resultados obtenidos, con una palabra de ánimo, un abrazo, un beso.